Los pilares del liderazgo horizontal
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Autor: Carolina Velasco
En el momento actual y mientras las instituciones, la clase política, los grandes capitales y las economías en su conjunto colapsan poniendo de manifiesto la ausencia de modelos productivos eficientes que permitan poner en marcha de nuevo el tren del crecimiento, las sociedades se unen cada vez más en comunidades conformadas por consumidores que, unidos en torno a un bien o un servicio, conforman y construyen una espiral constante de oportunidades y crecimiento.
Ser un líder hoy es indispensable, pensemos por un momento que, tanto si nos lanzamos a la construcción de nuestra marca como parte inherente al proceso de reciclaje al que nos vemos abocados por la coyuntura actual, como si ya nos habíamos constituido como empresa y nos enfrentamos a su reinvención en social, nos encontraremos ante la necesidad de construir equipos que deberán ser liderados y en cuya motivación, radica el éxito de nuestras estrategias.
Ante un escenario en el que las acciones, conocimientos, experiencias y talentos, se deben poner irremediablemente al servicio de las necesidades ajenas y sólo logrando impactar en ellas, se logra el crecimiento de nuestra influencia, aprender y comprender, los nuevos paradigmas que definen a los líderes, emerge como un requisito para conformar una empresa en crecimiento.
Recursos humanos, empresas humanas para aprovechar recursos
Existe una creencia generalizada con un sustento muy sólido que afirma que lo más complejo para lograr el éxito en un proyecto, es conformar un equipo de trabajo motivado y cohesionado y así es.
Comunidades, unión de talentos, humanización
A vueltas con la humanización de la empresa en relación a los compromisos adquiridos con cada acción y a los mensajes transmitidos como nexo conductor entre marcas y clientes, nos encontramos con empresas que aún perciben a sus colaboradores como elementos productivos simplemente. Un buen líder sabe cuando inciden los sueños, las ilusiones, los problemas y las emociones, en el desempeño profesional de cada miembro de su equipo y lo que es mejor aún, es capaz de identificar la forma en la que esas emociones y experiencias, pueden ser aprovechadas como valor agregado para la marca.
Un líder forma, no ordena
Esta es quizá una de las variables más complejas de entender para la nueva empresa. Tras décadas de un sistema individualista, basado en la repetición de acciones ineficaces y sustentado por la ostentación de la información como moneda de cambio, nos damos cuenta hoy que el ser humano florece cuando es capaz de identificar su talento, cuando es capaz de empatizar con su equipo y cuando siente que sus acciones, son parte indispensable de la trayectoria de la marca.
Organigramas, siempre horizontales
Queramos o no, y por mucho que nos cueste aceptarlo, si buscamos consolidar una empresa hoy, próspera, en crecimiento e innovadora, debemos prestar mucha atención a la motivación de nuestros colaboradores. Recordemos que la influencia de ellos se construye en acción simultánea con la nuestra.
Y finalmente algo que no podemos olvidar; las nuevas tecnologías requieren la acción conjunta simultánea de varios talentos híper especializados, es por ello que el liderazgo debe ser alimentado desde el interior de cada uno de los miembros del proyecto, cuanto más focalizados estén los esfuerzos individuales en aprovechar las nuevas tecnologías en beneficio de las relaciones y la construcción de influencias, más eficientes serán las estrategias elaboradas y más garantía existirá de poder obtener de ellas los objetivos previstos.
En la nueva empresa, creatividad, innovación y formación constante, son los pilares que sustentan el crecimiento de la marca, no nos podemos mantener alejados de la realidad, la empresa hoy se construye con la acción conjunta de los clientes (internos y externos) y sólo si los cimientos están sustentados bajo la confianza y la capacidad para delegar acciones.